Gracias las bolsas de playa hechas a mano nunca nos olvidaremos de las cremas, ni de las gafas de sol. Cuanto más amplias sean más disfrutaremos de nuestro día de playa y además, nos darán un toque de personalidad con sus acabados artesanales.

Las bolsas de playa artesanales se han vuelto tan populares, que ya es habitual verlas en ambientes urbanos, sea al calor de la tarde en un café, o en una improvisada reunión familiar. En todo caso, disfrutamos de su practicidad y vistosidad, de su amplitud (que nos alivia esa obsesión de llevar tantas cosas con nosotras), así como de su resistencia.
¿Qué esperamos de una bolsa de playa hecha a mano?
En primer lugar que sea practica. Una bolsa de playa artesanal debe ser siempre amplia, de grandes bolsillos y cierre cómodo. Los modelos clásicos para son: tote, o el satchel, ambos con tiras, de amplias dimensiones y con cómoda cremallera para acceder.
En segundo lugar, y teniendo en cuenta que realmente la necesitamos para ir a la playa, cuentan mucho los materiales: el mimbre es el elegido por excelencia, aunque otros materiales pueden funcionar, como el trapillo o el algodón. Hay que tener en cuenta que los materiales sintéticos pueden reaccionar mal al sol y altas temperaturas. En su diseño, sin embargo, el bolso de playa artesanal es muy libre, y permite que experimentemos y demos rienda suelta a nuestra creatividad a nivel de sus accesorios y detalles, que cosidos o integrados al mimbre, tela o trapillo le dan al bolso ese toque único entre resistente y sofisticado.
En tercer lugar, conviene pensar en lo ecológico: resultaría paradójico que nuestro bolso de playa hecho a mano estuviese fabricado principalmente de polietileno o de materiales no reciclables. Se trata de nuestra armonía con el medio donde nos movemos.
¿Por qué comprar bolsos de playa hechos a mano?
Es tradicional usar bolsos de playa hechos a mano. De hecho es uno de los ámbitos favoritos de las expertas en ganchillo y crochet. Además, la confección artesanal tendrá siempre el encanto de fijarse en el detalle, así como de la discreción en las costuras y acabados. Una confección a mano garantiza la calidad del bolso. Si a esto le sumamos que la elaboración a mano es más ecológica y sostenible que la tradicional fabricación industrial en serie, pues tenemos aun más razones de peso para preferirlas.
Prácticos, frescos y muy vistosos, disfrutemos los bolsos de playa artesanales, en perfecta combinación con nuestro bañador y el medio ambiente.